3 MINUTOS VIERNES

Las 3 P’s del perfeccionismo, la procrastinación y la parálisis, son un bucle silencioso en el que te podes quedar atrapado por años.

Sientes que no avanzas por miedo a equivocarte? Piensas demasiado? Tu critico interno lidera el show?

Nuestro sistema interior de premio-recompensa es nuestro ticket de salida de este bucle, hacía una vida de amabilidad interna, significado y éxito.

1.

Esta perfecto o está horrible

“Estás matando la novela, y también a ti misma”, le dijo su agente a Elizabeth Gilbert en una tarde fría del invierno californiano.

La autora de Comer, Rezar, y Amar, cuenta que escribió una novela durante años.

Reescribía capítulos completos, revisaba comas, reordenaba escenas. Llegó un punto en el que revisó la misma página más de cincuenta veces.

En este momento fue cuando su agente la confrontó, y ella tomó la decisión de publicarla inmediatamente.

El libro vendió millones de copias.

Los perfeccionistas ponemos metas que no podemos alcanzar.

Sea porque están son demasiado altas, o demasiado imprecisas, inconscientemente nos auto-saboteamos para reafirmar nuestra creencia:

Tendría que ser mejor.

Esto era lo que Elizabeth también se decía a si misma.

Y no importa lo que logres, esa creencia se seguirá abrazando a nuevas circunstancias en tu vida.

El primer paso a la solución? Darle claridad a cuando y cómo has logrado tu meta, y hazlo de una forma realista.

Psss. Estas harto/a de repetir este patrón? Podemos trabajarlo en una sesión de coaching ontológico.

Tengo absoluta confianza en que puedes lograrlo por tu cuenta. Pero, ¿por qué elegir el camino más difícil, amigo/a perfeccionista?

2.

Lo retrasamos para perfeccionarlo

El perfeccionismo lleva a la 2da P: procrastinación.

Poner objetivos irrazonablemente altos, nos hace esperar por el ‘momento perfecto’.

Y ese momento es más difícil de agarrar que la snitch dorada en Harry Potter.

Si has estado retrasando tu proyecto porque aún no esta perfecto cómo te gustaría, y no has definido lo que es “perfecto”, estas en problemas.

Ideas que pueden ayudarte en esta etapa:

• Publica el articulo, video, pagina web, (inserta tu proyecto), AHORA.

• Piensa en alternativas. Evita pensar blanco-negro. Perfecto o nada.

• Busca mentores que estén bien con “lo suficiente”, y no necesiten perfección.

3.

… y nos paralizamos.

Elizabeth tuvo suerte de que su editor le fue honesto y directo, y que ella lo respetaba lo suficiente para escuchar.

No todos tenemos esa fortuna.

Seguramente —como yo— podés identificar momentos en los que renunciaste a un proyecto porque este bucle te consumió.

No estaba perfecto.
Lo pospusiste.
Y un día… lo abandonaste.

Nadie quiere trabajar con una voz interna que dice:

“Deberías hacerlo mejor.”
“Está mal.”
“Siempre hacés lo mismo.”

Renunciaste porque tu jefe era un idiota.

Ese jefe es tu perfeccionista interno.
Ese jefe habla con la voz de tu crítico.

Para empezar a desarmar esto, tenés que entender cómo funciona tu sistema de recompensa:

Los humanos avanzamos con halagos, reconocimiento, progreso visible y autoaceptación.
No con vergüenza, culpa o castigo.

La crítica interna constante no te disciplina: te paraliza.

Esta ha sido la edición #38 de 3 Minutos Viernes.

Si te ha gustado, te encantará mi podcast Disrumpiendo Realidades.

Un abrazo,
Hugo

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