3 MINUTOS VIERNES

La vida se hace más y más interesante a medida que uno va madurando.

Y nos encontramos en un punto crítico en el cual nos abrimos a seguir blandos y abiertos a los cambios, o endurecernos y crear rígidas estructurales mentales.

Estas son ideas que caminan en este borde, para que consideres:

1.

No eres un producto terminado

El psicólogo Daniel Gilbert tiene un dicho famoso que dice:

“Los humanos son trabajos en progreso que equivocadamente creen que son productos terminados”.

El problema que crees que tienes, no importa cual sea, es un intermedio del viaje, y no tu destino final.

No te enrosques en una versión de la vida que no te gusta. Lo único que haras es que se alargue.

Y recuerda que: para cambiar las circunstancias de tu vida usualmente requeriras una renovación de tu consciencia. De cómo ves la realidad.

El famoso cambio de ontología que tratamos en el coaching ontológico.

Las creencias que te trajeron hasta aquí, no te llevarán hasta allá.

2.

Convertirte en un imperfeccionista

Este Domingo por la mañana tuve una aventura de pesca de arpón por mi cuenta.

Mi intención era tener una experiencia tranquila, con calma e intencionalidad.

Hasta que un pescado se me escapó.

Calma las pelota* (dicho rioplatense). Me invadieron emociones de frustración.

“Has hecho esto por años, cómo vas a fallar así?”, “Otra persona no lo hubiera perdido”, “tenes que seguir practicando para que esto no vuelva a pasar”.

Con mi nuevo nivel de jujitsu mental puedo entender que esto no fue un inconveniente de habilidad, sino de mentalidad.

Esperar no fallar es un rasgo característico del perfeccionismo.

Tal vez superficialmente crees que estás siendo razonable pidiéndote ser mejor, pero las consecuencias de segundo orden son menos bonitas de observar.

Cómo dice la Harvard School: múltiples estudios han encontrado conexiones entre el perfeccionismo y la depresión, los trastornos de ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo y los trastornos alimentarios.

Que me estoy diciendo para cambiar?

Relajate. Te vas a seguir equivocando, y eso es normal.

3.

Estrategia no-convencional para cambiar tu personalidad

Lo que me lleva al último pensamiento de esta newsletter sesh: ataca tus pensamientos negativos.

Esto surgió ayer en mi sesión de coaching así que aunque fresco cómo una lechuga, vale la pena considerarlo.

Creo que puede ayudarte a cambiar tu personalidad en el mundo real.

Especialmente a aquellas que han sido educadas para ser amables y evitar la confrontación a toda costa (como mua).

Mientras relataba mi estrategia a prueba de balas para dejar de ser tan autocrítico, con un Master en dejar ir pensamientos de la escuela del Buda, mi coach me ofreció un nuevo paradigma.

“Mencionas ‘dejar ir tus pensamientos’… que te parece la idea de atacarlos?”

Y me quedé con los ojos 👀, pensando en que me hubiera encantado tener ese insight por mi cuenta.

Me imaginé literalmente dándoles un tortazo y preguntándoles que hacían aquí. Estilo interrogación de película de acción.

“QUIÉN TE ENVIÓ? QUÉ HACES AQUÍ?”

Si quieres cambiar de personalidad y dejar ir pensamientos no te está funcionando, volverte híper rígida/o acerca de antiguos pensamientos deambulando por tu casa puede ser clave.

Nuevas actitudes requieren nuevos pensamientos, y si eres demasiado amable cuando esas viejas creencias aparecen sentadas en el sillón de tu comedor, corres el riesgo de que no te tomen en serio.

Toda herramienta tiene su tiempo y su contexto.

No funcionará siempre. Pero es probable que te funcione justo ahora.

Te dejo una frase que resonó esta semana:

Tanto la fe como el miedo exige que creas en algo que no puedes ver.

Abrazo 🫂
Hugo

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